La revolucionaria técnica permite a los investigadores escrutar de manera notablemente detallada las fases tempranas de la formación de las nanopartículas, que durante mucho tiempo han sido un misterio debido a que sólo se disponía de métodos poco adecuados de sondeo. La nueva técnica podría llevar a mejorar el comportamiento de los nanomateriales en aplicaciones que van desde las células solares hasta los sensores, pasando por muchas otras.
La forma de las nanopartículas y su comportamiento dependen de su arquitectura: tamaño, estructura, textura y características químicas de su superficie. Todo esto, a su vez, depende mucho de las condiciones bajo las que se forman las nanopartículas.
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